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RIZARTROSIS
¿Qué es la Rizartrosis?
La rizartrosis, también conocida como artrosis del pulgar o artrosis de la articulación trapeciometacarpiana, es una enfermedad degenerativa de la articulación de la base del pulgar, entre el trapecio y el primer metacarpiano. El desgaste del cartílago que recubre esta articulación, puede causar dolor y limitación de la función de la mano.
¿Por qué ocurre?
La rizartrosis suele desarrollarse debido a la combinación de factores como el envejecimiento y la genética.

Lesiones previas en la articulación (fracturas, luxaciones, etc) o la presencia de enfermedades reumáticas pueden aumentar el riesgo de desarrollar esta afección.
¿Qué síntomas produce?
Los síntomas más comunes de la rizartrosis incluyen:
  • Dolor: El dolor en la base del pulgar es el síntoma principal. Puede ser constante o aparecer al realizar movimientos específicos, como sujetar objetos, abrir un bote o hacer fuerza de pinza.
  • Disminución de la movilidad y deformidad: La articulación puede volverse rígida y difícil de mover, especialmente por la mañana o después de periodos de inactividad. Con su evolución se va produciendo una subluxación de la articulación y aparece una prominencia en la base del pulgar (que corresponde con el metacarpiano) o incluso un pulgar en “Z”
  • Disminución de fuerza: La rizartrosis acaba produciendo debilidad a la hora de hacer fuerza con el pulgar y puede dificultar actividades que la requieran, como abrir frascos o girar llaves.
  • Inflamación: Puede producirse periodos de inflamación o hinchazón en la base del pulgar, lo que agrava los síntomas.
¿Cómo se puede diagnosticar?
El diagnóstico de la rizartrosis se realiza a través de una combinación de:
  • Exploración física: Se realizará un examen físico de la mano para evaluar la movilidad, explorar la articulación trapeciometacarpiana y medir la fuerza de pinza y puño.
  • Radiografías: Las radiografías de la mano es una herramienta imprescindible para confirmar el diagnóstico. Revelarán el grado de desgaste del cartílago y cambios en otras articulaciones. Existen cuatro grados de rizartrosis y el estudio radiológico ayudará a su clasificación.
  • Estudios adicionales: En algunos casos, pueden ser necesarios estudios más avanzados, como resonancias magnéticas o ecografías, para obtener una imagen más detallada de la articulación. Esto se realiza en estadios muy iniciales en los que no existen cambios radiológicos o si se sospecha otro tipo de afectación como enfermedades reumáticas
¿Cómo se puede tratar?
El tratamiento inicial de la rizartrosis suele ser conservador y puede incluir:
  • Férulas: El uso de una férula específica para la rizartrosis puede ayudar mucho a la mejoría clínica y suele ser la primera medida a tomar. Se usa por la noche y a lo largo del día en los momentos en que se precisa la fuerza de pinza.
  • Medicamentos: El uso de analgésicos y antiinflamatorios puede ayudar a aliviar el dolor y la inflamación.
  • Terapia de mano: Un terapeuta de mano puede recomendar ejercicios y técnicas de movilización para mejorar la fuerza y la flexibilidad de la articulación.
  • Modificaciones en el estilo de vida: Evitar actividades que agraven los síntomas y realizar adaptaciones ergonómicas en las tareas diarias puede ser beneficioso.
  • Infiltraciones: En algún caso se puede recomendar la infiltración (con ácido hialurónico o corticoide) de la articulación para reducir el dolor y la inflamación.
Cuando las medidas conservadoras no proporcionan alivio suficiente, puede estar indicada la realización de una intervención quirúrgica.
¿Cómo se realiza el tratamiento en nuestra unidad?
Existen diferentes técnicas quirúrgicas que varían en función del estadio de la enfermedad.

En general el tratamiento quirúrgico consiste en resecar todo el trapecio o parte de él y colocar un tendón o implante para la estabilización del primer metacarpiano.

En nuestra unidad la resección ósea se realiza por artroscopia, es decir a través de pequeñas incisiones de 3 mm que evitan un abordaje amplio de la articulación. Este tipo de tratamiento minimiza la lesión de los tejidos y favorece una recuperación más temprana y con menos dolor e inflamación.

La recuperación después de una cirugía de una rizartrosis puede variar de una persona a otra, pero en general, se espera que experimente una mejoría gradual en los síntomas con el paso de los meses. Inmediatamente después de la intervención, deberá estar inmovilizada con una férula por un periodo de 3 semanas.

La mayoría de los pacientes pueden volver a sus actividades normales gradualmente en pocos meses, aunque la recuperación completa puede llevar varios meses.

Recuerde que cada paciente y cada situación es única y su médico está para ofrecerle una atención personalizada a su patología. No dude en compartir cualquier preocupación o pregunta durante su consulta médica.
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